Se terminó la competición, van terminando los entrenamientos, se va acercando el último día y puedo asegurar que las ganas por seguir creciendo con los muchachos no disminuyen. Podemos decir incluso que ya estamos mirando en cómo afrontar la siguiente temporada, pero ahora toca ponderar los resultados y echar un vistazo atrás, para comprobar si los objetivos de principio de temporada se han cumplido o no.
A principio de curso, me encuentro con un grupo bastante unido y con ganas de empezar a entrenar. Como objetivo capital, se encuentra tratar de enganchar a estos jóvenes a la práctica deportiva y enseñarles que se puede aprender sin renunciar al aspecto lúdico.
Además, quiero contarles lo siguiente:
En los primeros partidos de competición observo que el equipo tiene problemas a la hora de jugar la pelota desde atrás, pierden muchas veces el balón en zonas peligrosas, pero insisto en este aspecto a pesar del riesgo que conlleva esta práctica. Van avanzando los partidos y quizás el trabajo realizado en los entrenamientos en esta dirección, no lo veo reflejado en la competición. Tras reflexionar, primero yo como entrenador, consulto a los jugadores y llegamos a la conclusión de que vamos a comenzar a utilizar otro sistema completamente opuesto. Este consistirá en no arriesgar con balón NUNCA, pero eso sí, cuando no tenemos la pelota, la máxima de las prioridades, será tratar de apretar al oponente hasta forzar su error.
Al principio en los entrenamientos con este sistema no observé una gran mejoría en el juego, pero el día que lo probamos en partido oficial… menudo ESPECTÁCULO!!. Los muchachos se transformaron, no se si por el ímpetu de competir, no se si porque mis palabras de pre-partido les insuflaron ánimo o porque la incansable hinchada del C.D. Fernando de Rojas ese día animaba más fuerte.
El ver como corrían, luchaban por cada metro, se ayudaban unos a otros, se animaban mutuamente, me dejó una sensación mágica. Observé como mis palabras se habían traducido en actos de una forma tan radical, que al finalizar el partido ni ellos mismos se creían lo que acababa de pasar. Recuerdo que alguien dijo: menuda suerte hemos tenido. A lo que yo le respondí: la suerte no se tiene, hay que salir a buscarla.
Eso fue exactamente lo que hicieron, salir a pelear como un grupo unido, teniendo las ideas claras y exprimiendo hasta la ultima gota de energía que podían dar.
En ese momento, para mi todo había cobrado sentido, había conseguido armar un equipo unido y sobre todo que era feliz y disfrutaba jugando al fútbol.
Me despido con una de las frases que yo creo que caló bastante en los muchachos:
- En los deportes colectivos existen dos caminos; tratar de ganar como equipo o fracasar irremediablemente como individuo.
En definitiva, para mí personalmente un año sensacional, gracias por su puesto al apoyo incondicional de Félix, que nos saca a todos los entrenadores de mil y un apuros, y por su puesto al resto de compañeros.
Por último, no me puedo despedir sin decir esto: VAYA AFICIÓN TIENE EL C.D. FERNANDO DE ROJAS!!!!
(Las familias todo el año de matrícula)
Carlos Melgosa
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