BALONCESTO INFANTIL FEMENINO
Debería empezar a contar esta historia por el principio, pero esa parte no me pertenece a mí, así que empezaré por otro principio, y a la vez por la mitad.
Era febrero de 2019 y esa larga travesía por los pasillos del instituto me traía muchos recuerdos cercanos (o quizás no tanto). Sé lo que significa estar en esa etapa de la vida en la que las hormonas se respiran en el aire, así que estaba concienciada del reto que supondría coger un grupo de infantiles ya formado y ganarme su confianza.
Diego, su entrenador hasta entonces, me dio las pinceladas de lo que finalmente yo misma iba a comprobar con cada una de las chicas y no se equivocaba al decirme la pena que da despedirse de ellas.
Con nombres que aún me bailaban en la cabeza empezamos a funcionar y nos enfrentamos al primer partido juntas. Lo tuvimos cerca, muy cerca, contra un oponente que quedó sorprendido del progreso de las chicas
respecto al primer partido. Esto es mérito de Diego absolutamente, pero a mí me quedó patente la calidad competitiva del equipo y me sorprendió la confianza que depositaron en mí desde esos primeros compases.
Nos ha tocado competir en una liga muy complicada (grupo Fase Final), enfrentándonos a los mejores equipos infantiles femeninos de Salamanca. Además, algunas jugadoras estaban experimentando su primer
año en canastas grandes y también hemos sufrido tristes bajas, como la de nuestra base Carlota, que espero que la rodilla le permita seguir disfrutando del baloncesto pronto. Ha habido partidos imposibles de
“disfrutar” desde el lado de entrenador, pero siempre he visto el afán de las chicas por seguir intentándolo (a veces con demasiado optimismo…) y eso al final te lo llevas con una sonrisa con tu acta amarilla.
Ahora que el verano empieza a llamar a la puerta de estas diez chicas, con el esfuerzo de los últimos exámenes, la ilusión por los planes de sol y las vacaciones…, toca despedirse. Y lo hago con muy buen sabor de boca; las chicas se han adaptado muy rápido a mí, pero además nos hemos complementado.
Me quedo con la sonrisa con la que aparecen cada día en el pabellón, con cómo colocan las canastas y bajan corriendo a por el mejor balón prestándose a subir cargadas con cuantos más materiales mejor. Me
quedo también con las ganas que ponen en competir en cada ejercicio, en asumir las correcciones e intentar mejorar. ¡Gracias por ponérmelo tan fácil!
Espero y deseo haberles transmitido la pasión por este deporte durante estos cortos meses y haberlas motivado lo suficiente para (juntas o separadas) continuar haciendo un hueco al baloncesto en sus vidas los próximos años.
Quiero dar las gracias también al Club Fernando de Rojas por contar conmigo y ofrecerme todas las facilidades y a los padres y madres de las chicas por su excelente comportamiento estos meses.
NEREA FRAILE BLANCO
Entrenadora Baloncesto Infantil Femenino 2018/2019
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